INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Los medos y los persas (pueblos indoeuropeos de origen ario) se asentaron
en la zona del Próximo Oriente alrededor del primer milenio a.C. Los medos en
la región paralela a Asiria y los persas en el Golfo Pérsico, antigua Elam.
Los persas desarrollarán una política de expansión muy activa que les
convertirán en los dueños de todo Oriente. En un principio, se dividieron en
cerca de unas diez tribus cuyos jefes tenían título de rey, pero la
imposibilidad de unificación tuvo como consecuencia la dominación del
territorio durante un período de tiempo por parte del reino medo. Según la
tradición, Aquemenes dirigió al pueblo hacia el Sur y fundó la dinastía
Aqueménida, a la que pertenecerían los grandes reyes persas. Los primeros atisbos
de independencia por parte persa surgirán con Ciro I, quien logró mantener un
reino propio a pesar de las dificultades. Sin embargo, sería Ciro II ‘El
grande’ el fundador del Imperio Persa tras saquear la capital meda (Hammadan) y
proclamarse rey de ambos territorios.
De esta manera se iniciaría una política de expansión que hará del Imperio
Persa el mayor imperio antes conocido. Con las conquistas de los reyes
posteriores (Cambises II, Darío, y Jerjes entre otros) se aumentaron las
fronteras de Persia abarcando un vasto imperio que incluía desde la zona
Mesopotámica hasta la India por el este, Egipto y zonas limítrofes
como Libia y Etiopía por el Sur, y ciudades de Asia Menor, Tracia y Macedonia
por el oeste.
El Imperio alcanzaría su momento de mayor expansión y desarrollo bajo las
monarquías de Darío y su hijo Jerjes, alrededor del 500 y 400 a.C. Sus
únicos fracasos fueron los intentos de conquista de las polis griegas durante
las Guerras Médicas. Este imperio se mantendrá estable durante siglo y medio
más hasta la derrota final de Darío III por parte de Alejandro Magno en el 330
a.C. Todos los territorios serían anexionados al imperio del monarca macedonio
produciéndose el fin del esplendor de Persia.
RELIGIÓN EN PERSIA
- Antigua Mitología Irania
La religión persa de los orígenes forma parte del conjunto de las
religiones arias, por lo que manifiesta muchas similitudes con el resto de
creencias indoeuropeas. Los antiguos persas creían en la existencia de un
gran número de divinidades de origen indoiranio que se conservarán en la
religión védica hindú. Muchos aspectos de estos dioses serían integrados en la
posterior reforma de Zaratustra. Destacan las siguientes deidades:
- Vayu ,el dios del Viento o del Aire.
Se le describe como un guerrero combatiente del mal. Además, se recurría a
él para solicitar ayuda en situaciones de peligro.
- Mitra, (‘amigo’ en Irán) se asocia a
los acuerdos. Es el dios de la amistad al igual que garante de los
contratos legales. Vigila el país de los iranios desde los montes Alborz y
apoya la lucha contra los ladrones de ganado. Este dios, guardián del
Orden y la Verdad fue uno de los más populares del culto persa
durante la época. Esta popularidad queda reflejada en la gran cantidad de
nombres derivados del suyo (por ejemplo Mitrídates) y las grandes fiestas
organizadas en su honor. La figura de este dios se mantendrá también en el
Imperio Romano, siendo de gran importancia la celebración de la fiesta mitraica
del Sol Invictus (el día de esta fiesta se usó para establecer la fecha
del nacimiento de Jesucristo, el veinticinco de diciembre).
- Vrthranga, (‘La Victoria’), que se
consolida como el poder invicto que pese a las situaciones vence la maldad
del hombre y los demonios.
- Apam
Napat, (‘el
Nieto de las Aguas’), un dios por encima de las Autoridades Supremas y
compañero de Mitra.
- Atar, (‘Fuego Sagrado’) que pertenece
al legado indoeuropeo en general y por lo tanto podemos encontrar
variantes de este dios en distintas culturas. Es un dios mediador entre el
mundo humano y el divino y en la cultura persa será hijo de Ahura
Mazdá. Es el elemento más antiguo de la mitología.
- La figura de Zaratustra
En alguna fase anterior a Ciro I (posiblemente en una época previa a la dinastía Aqueménida), la religión tradicional irania fue transformada y sufrió una revolución. El artífice de este cambio fue el profeta Zaratustra (llamado Zoroastro en las fuentes de origen griego). Este personaje del que apenas se tiene información se erige como el fundador del zoroastrismo o mazdeísmo, religión que sería oficial en el Imperio Persa. Zaratustra luchó contra la religión politeísta imperante en esa época, convirtió a miembros de su propia familia y consiguió el apoyo definitivo del rey Vishtaspa, monarca de Chorasmia (hoy el Turkestán ruso). A partir de ese momento su religión se expandió de forma gradual hasta la época de Darío I, en la que el culto parece plenamente aceptado en el mundo persa. La importancia de este profeta fue reconocida en la propia Persia, pues se le consideraba un personaje clave que logró asegurar la estabilidad religiosa. Además su persona se situó entre los reyes épicos prehistóricos del Irán Oriental. |
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