sábado, 22 de noviembre de 2014

El pasado olvidado de Ibiza


            A principios de siglo XX la isla vivía prácticamente ajena al discurrir de os acontecimientos y avances del resto del mundo debido al aislamiento generado por su propia geografía. La única vía de comunicación con la península era por mar y el tráfico marítimo era muy escaso.  Así pues, a principios de siglo XX, y hasta la llegada del turismo en los años 60 y 70, nos encontramos con una isla completamente rural, con una exigua red de caminos que comunicaban los pueblos, con un único y pequeño núcleo urbano y con una sociedad profundamente tradicional. 

            Como es obvio, este atraso tiene su reflejo en el plano artístico. El arte de vanguardia no llegó a la isla hasta los años 30, unos 20 años más tarde que en el resto de Europa. Hasta entonces la pintura que se había desarrollado en Ibiza (en el centro urbano, por supuesto) era figurativa y costumbrista cercana estilísticamente al impresionismo.

El arte de vanguardia llegó a Ibiza en los años 30 de la mano de aquellos intelectuales y artistas vanguardistas, alemanes y austriacos, que vinieron a Ibiza huyendo del nazismo y atraídos por el mito de tierra primitiva mediterránea. Raoul Hausmann[1] o Walter Benjamin[2], fueron algunos de ellos, a los que se sumaron arquitectos catalanes del grupo GATEPAC[3] como Germán Rodríguez Arias o Josep Lluís Sert atraídos, por su parte, por el estudio de la arquitectura rural ibicenca de tradición secular[4].

Pero la estabilidad política de España, que estos intelectuales encontraron definitiva para quedarse en la isla, cambió completamente con el estallido de la Guerra Civil, provocando la partida de los mismos.

Su estancia supuso el primer contacto de Ibiza con el arte contemporáneo, aunque es importante mencionar que no ejercieron ningún tipo de influencia sobre el arte local, debido al escaso vínculo que estos artistas desarrollaron con la sociedad ibicenca[5].

Sin embargo, los años cincuenta trajeron consigo una segunda oleada de artistas vanguardistas extranjeros, esta vez más numerosa y activa que la primera. Su dinamismo propició la creación del Grupo Ibiza 59, una agrupación de artistas extranjeros cuyo objetivo fue impulsar y dinamizar la actividad artística contemporánea de la isla a través de exposiciones colectivas e individuales de los artistas afincados en la isla pero también de artistas referentes del arte como Mompó, Genovés, Hartung, Sempere, Miró, Gropius o Tzara[6] entre otros. Además surgieron las primeras galerías de arte contemporáneo de la isla.


Walter Gropius y Erwin Broner en una de las exposiciones organizadas por el Grupo Ibiza 59.

Grupo Ibiza 59 (Erwin Broner, Erwin Bechtold, Edward Munford y Antonio Ruiz) en una de sus exposiciones.

Es importante tener en cuenta que, entre la dura persecución franquista inmediata a la posguerra y la de los últimos años sesenta frente a los hippies, la represión del régimen en Ibiza fue más relajada que en el resto de España y sin lugar a dudas, este hecho favoreció la sensación de libertad y tranquilidad que los artistas encontraron definitiva para establecerse en la isla[7] y que mencionaron en muchos de sus escritos. No en vano es en estos momentos cuando se configura definitivamente el mito de “isla de la libertad” en la que se basará en buena medida la marca “Ibiza” posteriormente, pero que tiene su origen en la imagen que promovieron de la isla los intelectuales llegados en los años 30 [8].

En 1964 el Grupo Ibiza 59 se disolvió, según explicaba el pintor y arquitecto Erwin Broner, uno de sus miembros, en un escrito de aquel año,  porque consideraron que ya no era preciso continuar con su actividad “En el año 1959, en Ibiza, era necesario que se reunieran unos artistas con un punto de vista agudamente contemporáneo para orientar la vida artística de aquella isla, en un sentido cosmopolita (…)Nuestras publicaciones y nuestras exposiciones han hecho que muchos artistas y aficionados vinieran a Ibiza (…)En consecuencia se crearon nuevas galerías y agrupaciones (…)Ahora ya se ha cumplido nuestra función como grupo”[9].

Es interesante señalar que, si bien estos artistas encontraron en Ibiza un lugar que parecía ajeno al discurrir de los acontecimientos internacionales, prácticamente virgen y que les ofrecía un espacio inspirador y creativo, este “aislamiento” insular marcó su trayectoria comercial puesto que les hizo perder la posibilidad de entrar en los circuitos del mercado internacional y asegurar, así, su existencia por más tiempo[10].

El impulso cultural que generó el Grupo Ibiza 59 tuvo como consecuencia una década de los sesenta de gran actividad artística durante la cual se creó una nueva agrupación de artistas estimulada por la anterior y creció el número de galerías de arte contemporáneo, llegando a contabilizarse ocho tan sólo en la ciudad de Ibiza[11], más de las que en esos mismos años se podían contar en Madrid o Barcelona.

Además una de estas galerías, (Galería Carl Van der Voort) puso en marcha varias iniciativas que contribuyeron también a dinamizar y desarrollar el ambiente artístico siendo la única de la isla que participó en ferias internacionales[12] y creando un taller de grabado que ponía al servicio de los artistas todas las facilidades para que realizaran ediciones de obra gráfica original. Taller que atrajo a numerosos artistas muchos de ellos de reconocimiento nacional e internacional y favoreció el contacto entre ellos y la crítica.

Desde la política se quiso aprovechar todo el ambiente artístico generado para atraer al turismo y  demostrar la apertura del régimen, creándose las Bienales Internacionales de Arte Contemporáneo de Ibiza en 1964 y cinco años más tarde la fundación del Museo de Arte Contemporáneo, en 1969, convirtiéndose en uno de los primeros Museos de Arte Contemporáneo de España.
III Bienal de Arte Contemporáneo de Ibiza (1968)

III Bienal de Arte Contemporáneo de Ibiza (1968)


Aunque la década de los setenta fue testigo de interesantes proyectos artísticos como por ejemplo el ICSID 1971 (International Council of Societies of Industrial Design), comenzó a manifestarse un declive cultural que se vio acentuado en la década siguiente. En 1975 una de las galerías más importantes cerró sus puertas, mientras que el Museo empezó a mostrar sus primeros síntomas de crisis, generados por la desaparición del sistema que lo había creado y su necesaria reorientación[13].
ICSID 1971. Uno de los módulos interiores de la Instant City. 

ICSID 1971. Instant City (proyecto de ciudad efímera) 


ICSID 1971. Una de las diferentes performances que tuvieron lugar durante el congreso


La efervescencia artística de los años 80 en el resto de España contrasta con la inactividad de Ibiza en este aspecto. El enfoque hacia un turismo de sol y playa, la apertura de las primeras grandes discotecas, el abandono de muchos de los artistas, huyendo del rumbo turístico que tomaba la isla, pero principalmente el cierre del Museo de Arte Contemporáneo en 1985 junto al de la Galería Van der Voort, en 1984, fueron decisivos para marcar el fin de una época, hoy en día completamente olvidada[14].

Un saludo a tod@s!



[1] Züchner, Eva; et al. Raoul Hausmann. Valencia. Institut Valencà d’Art Modern y Generalitat Valenciana. 1994. p. 269
[2] Rodríguez, Rosa. Avantguarda artística i societat a Eivissa (1933-1985). Res Pública Ediciones. Ibiza. 2003. pp. 27- 30 y en Bonet, J. Manuel. Diccionario de las vanguardias en España. 1907-1936. Madrid. Alianza Editorial. 1995. p. 96.
[3] Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Desarrollo de la Arquitectura Contemporánea
[4] Rodriguez, Rosa. Op.cit; nota 2; pp. 31, 32, 34
[5] Rodriguez, Rosa. Op.cit; nota 2; pp. 31, 32, 34.
[6] Ruiz, Elena. Una visió històrica de la pintura a Eivissa 1900-1959. Ibiza. Museu d’Art Contemporani d’Eivissa y Consell Insular d’Eivissa i Formentera. 1991. p. 4 y en Cirer, Felip. Op. cit; nota 18. [Consulta: 19 abril 2013]
[7] Rodriguez, Rosa. Op.cit; nota 2; p.43
[8] Rodríguez, Rosa.  La construcció d'un mite. Cultura i franquisme a Ibiza (1936-1975).Editorial Afers. Ibiza. 2014
[9] Citado en: Rodriguez, Rosa. Avantguarda artística i societat a Eivisa (1933-1985). Ibiza. Res Pública Ediciones. 2003. p. 46
[10] Ruiz, Elena. (1991). Op. cit; nota 6; p. 18
[11] Ibid. P. 45
[12] Giralt-Miracle, Daniel. Obra gráfica del taller Ibograf. 1966-1976. Ibiza. Museu d’Art Contemporani d’Eivissa. 1976. pp. 8 y 9
[13] Rodriguez, Rosa. Op.cit; nota 2; p. 72-75
[14] Ibid. pp. 72-75

No hay comentarios:

Publicar un comentario