La precolonización a través de los símbolos.
El texto “La precolonización a través de los símbolos”
de Sebastián Celestino Pérez trata sobre los diversos aspectos o características
mas destacables dentro del periodo comúnmente denominado “precolonización”.
El texto abre
con un interesante aunque a veces, debemos decir confuso, debate historiográfico
sobre el propio termino precolonización.
Para explicar el
debate parte de la propia definición del termino para terminar con las
distintas interpretaciones de los diversos investigadores, apoyándose en
algunos momentos en otros ejemplos de igual eficacia (termino precolombino o
precolonial, orientalizante…).
Según Sebastián,
el debate se remonta al congreso celebrado en Roma en 1985 bajo la supervisión
de investigadores italianos; y esto, no es más que la punta del iceberg, pues
de este congreso parten las diferentes hipótesis en función de los restos y cronologías
halladas en diferentes puntos del mediterráneo.
La península ibérica
ocupa en este contexto un sentido bastante particular debido a sus restos, y
otras a su ausencia de estos, así como cronologías, que hacen hoy en día
imposible establecer un vinculo cronológico entre la “precolonización” y los restos hallados en la
península. Esta cuestión ha suscitado mucho interés entre los investigadores
españoles, como Bendala o
Almagro-Gorbea, quienes trabajan en dos líneas distintas.
Actualmente,
varios investigadores han optado por centrar la clave en Cerdeña, Sicilia o
Baleares, como puntos estratégicos-comerciales entre el mediterráneo y la península,
explicando así los posibles contactos, y en consecuencia restos arqueológicos,
entre ambos; También destacar una posible vía terrestre, y no marítima como las
anteriores, a través de Francia ( lo que por la lectura he vinculado con el
hallazgo de las estelas del sureste Frances y noreste peninsular, en Aragón,
como posible apoyo a dicha teoría).
Hoy en día, el
debate “bebe” de varias hipótesis, cronologías, situaciones geográficas…pero lo
mas importante son los continuos hallazgos arqueológicos, que como Sebastian
apunta a la razón del lote cerámico del solar de Méndez Núñez/Plaza de Monjas,
tiran por tierra o refutan las diferentes opiniones, creando mas preguntas, en
vez de ofrecer respuestas, dando a relucir la debilidad e inconsistencia de los
estudios actuales hacia estos temas, temas que han marcado y pueden marcar la
concepción de nuestra historia.
Sobre el debate
que nos plantea, saco a relucir precisamente esto ultimo, la debilidad, aunque
con ello no resto la importancia de las investigaciones, así como entender este
termino como un periodo dinámico, expansivo, que cada día crece un poco mas
hacia unos horizontes que hoy en día parecen lejanos para la época, pero que
antaño gozaban de un contacto que a nuestros ojos, parece aun imposible.
Sebastián destaca
a continuación los lingotes y las estelas como los ejemplos arqueológicos más característicos de esta época.
El tratamiento
que aplica a ambos es muy similar, una definición, distribución arqueológica, y
en consecuencia, “miles” de hipótesis distintas sobre su origen y circulación
por el mediterráneo.
Los lingotes
“chipriotas” son unos objetos de cobre (salvo alguna excepción, como los
lingotes de estaño de Turquía) con forma de piel de toro extendida, con un peso
medio de 30 kg. y con una cronología que data desde el siglo XV al XI A.c.
El problema
viene de nuevo con su significado y origen; partimos de nuevo pues con una
multitud de opciones de entre las que Sebastian destaca como posible origen:
Chipre, como el lugar con mas presencia arqueológica así como sus importantes
minas de cobre (Apliki, al norte de la isla); Creta, como los ejemplos mas
antiguos, con la curiosidad de la
ausencia de cobre en esta isla, pudiendo barajar un vinculo entre Chipre y Creta;
y Cerdeña como productora durante algún
tiempo, aunque esta hipótesis defendida por investigadores italianos no esta
confirmada, aunque si es cierto la existencia de ricas minas de cobre en dicha
isla.
Lo mas curioso,
es que no se han encontrado los moldes de estos lingotes, salvo el molde de Siria,
en el Palacio norte del Bronce Final de Ras Ibn Hani, al sur de Ugarit, lo cual
es muy importante para determinar la
expansión de la producción de lingotes, lo que nos lleva de nuevo a expandir
los horizontes comerciales del mediterráneo (barco con mas de 350 lingotes,
costas turcas).
Una vez
“teorizado” sobre los lingotes, Sebastian procede a un apartado que debo decir
que es uno de los que mas me han llamado la atención, y es “la imagen del
lingote chipriota” con la que el autor muestra la visión de estos lingotes incluso
antes, cronológicamente hablando, de la propia aparición de lingote de cobre.
Destaca en
Chipre el sello de Pyla y tres esculturas de Bronce; todos estos objetos
muestran la piel de toro extendida siendo todas ellas (al menos en Chipre)
vinculadas a una posible divinidad “Baal-Astarté” como representación de la fuerza,
la fertilidad… siendo el repetido casco con cuernos y los dioses sobre
lingotes, la protección del cobre, la riqueza y le esencia del desarrollo de
Chipre durante la Edad del Bronce.
Por otro lado, las
mayores concentraciones de estelas se dan a lo largo del río Guadiana (Córdoba,
Ciudad Real, Badajoz, Sevilla o Cáceres). A partir de estos datos, se ha podido
establecer el estudio de la fase precolonial en esta zona, el suroeste
peninsular; pero mas importante que los propios restos, son los elementos que
en ellos se plasmaron, objetos variopintos que van desde las hachas y espadas, a
peines o fíbulas. Estos símbolos muestran lo que puede marcar la evidencia de
un comercio entre península y mediterráneo en dicha fase, el problema es la
hasta ahora ausencia de lingotes de cobre en toda la península, algo inusual si
en verdad ésta estuvo ligada al comercio. A pesar de su ausencia material, lo curioso, es la presencia de algún lingote
en estas estelas, lo que evidencia que en la época sabían de su existencia, y
por lo tanto, no tan alejados del comercio.
Lo que se
intenta pues, es establecer una ruta de comercio con la península, teniendo el
foco en la zona suroeste; las nuevas investigaciones apuntan a la posibilidad
de un desarrollo paralelo e independiente en dos zonas de la península, la
suroeste, y la noreste, la zona de Aragón y sur Frances, en donde se ha
encontrado varias estelas en consonancia estética y cronología a la fase
precolonial, y por tanto conectada con el mediterráneo; una posible vía hacia las
minas de los Alpes y el “famoso” ámbar
nórdico”.
El texto pone de
manifiesto la confusión del término “precolonial”,
asentado en la confusión de sus restos arqueológicos más característicos, los
lingotes y las estelas, basados en su dispar distribución e insalvables
cronologías, y todo ello con la sensación de que a pesar de los nuevos e
importantes hallazgos e investigaciones “seguimos en blanco”. La disparidad y
multitud de hipótesis son abrumadoras, y los resultados poco esclarecedores (a
pesar de ello, y como nota personal, saber que es precisamente su incógnita la
que nos mueve a muchos por dentro).
M. Rueda
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