jueves, 25 de diciembre de 2014

Oradour-sur-Glane - Villa Mártir.


Preparando mi exposición comparativa de libros de texto sobre las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, he creído conveniente publicar este artículo para despertar el interés por Oradour-sur-Glane.

Esta pequeña localidad situada en la ribera del río Glane, en Francia, es a día de hoy un testigo mudo de la barbarie y la sinrazón. Una oda al dolor, un agónico grito silencioso, un lugar estremecedor que visité este verano.

En cierta medida, se pueden encontrar muchas similitudes con la salvaje masacre protagonizada por el ejército nazi en Guernica.

160 soldados de las SS alemanas arrasaron este pueblo, en el que podemos encontrar casas destruidas, un monumento conmemorativo y un cementerio con 642 víctimas del nazismo.

Lo que impacta y sorprende es que fue una acción gratuita y deliberada para sembrar el terror en cualquier opositor. El pueblo fue elegido por su inocencia y ausencia de participación en acciones bélicas de la Segunda Guerra Mundial.

 

Este hecho tuvo lugar el 10 de junio de 1944, cuatro días después del desembarco aliado en Normandía.

Para acceder al pueblo hay que entrar en el Centro de la Memoria. Una magnífica construcción dedicada a arrojar luz sobre los crímenes del nazismo y que mantiene vivo el recuerdo para que nadie olvide, para que algo tan cruel no vuelva a repetirse.


Al atravesar sus impactantes salas, repletas de proyecciones sobre la Segunda Guerra Mundial, llegamos a una puerta que nos da acceso a la antigua villa, delimitada por vallas para conservarla.

Un cartel situado a los pies de un árbol pide silencio. Pero no es necesario. Nada más pisar sus calles sientes como tu cuerpo se estremece y enmudeces por momentos.

 

Un plano, adquirido en el Centro de la Memoria, indica en qué casas hubo fusilamientos y placas de mármol colocadas en ellas recuerdan a las víctimas. La entrada es gratuita, por lo que resulta recomendable comprar un plano por persona para colaborar con el mantenimiento de este loable proyecto.

Es recomendable ir pronto para que no haya mucha gente y poder percibir todas las sensaciones que transmiten las ruinas de lo que antaño fue una feliz aldea.

 

Comenzamos a transitar por sus calles desiertas observando lo que queda de algunos negocios, la oficina de correos, la casa del médico, viviendas particulares… mientras prestamos atención a las placas que van enumerando los fusilados por los nazis.

 

Ya hemos perdido la cuenta y según avanzamos nuestro corazón se encoge más y más.

Pero el momento más entristecedor se produce al llegar a la iglesia. Las mujeres y los niños fueron llevados a ella.

Cuando todos estaban dentro prendieron fuego al edificio y amenazaron con disparar a las personas que saliesen. El resultado… decenas de mujeres y niños muertos por asfixia, quemados o fusilados en la puerta del edificio parroquial.

Tanta crueldad resulta increíble.

Proseguimos el impactante paseo por sus calles hasta llegar al cementerio y el monumento en recuerdo a los caídos que alberga.

Entre las víctimas, vemos recordatorios de españoles y españolas que fueron asesinados aquel fatídico día.





También encontramos placas conmemorativas entregadas por asociaciones de memoria histórica, republicanas e incluso una de Guernica que expresaba su dolor por los asesinatos de Oradour-sur-Glane.

Ya volviendo al aparcamiento, seguíamos paseando por estas calles envueltos en un aire de tristeza, viendo los coches que permanecen quemados en medio de la calle.

Visitar este pueblo fue una experiencia muy recomendable.
 
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. Hola Javi, me ha sorprendido mucho esta entrada, porque hasta hace una semana no sabía de la existencia de este pueblo y lo descubrí navegando por internet de pura casualidad. Desde luego es escalofriante y muy triste lo que allí pasó y como tú bien dices muy importante que se mantenga el recuerdo de aquellos hechos con el fin de que estos hechos no vuelvan a repetirse. Un saludo!

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  2. ¡Que casualidad!
    Pues es increíble. Estar allí produce escalofríos. Es imprescindible que se conserven memoriales como este para que no se olviden los horrores de la guerra.
    ¡Otro saludo!

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  3. Libro en castellano de Oradour:

    http://www.amazon.es/cenizas-Oradour-Arcadio-Rodr%C3%ADguez-Tocino/dp/8490953775

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  4. Veo que continua la actividad en el blog aunque ya hemos acabado la asignatura. Me alegro mucho y, al menos, esto os lo lleváis del MFP.
    Espero que el período de Prácticas vaya bien.
    La entrada, impresionante.
    Un saludo,

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